La juventud, no es una etapa en la vida, sino un permanente estado en el espíritu.
La juventud es un efecto de tu voluntad, es la victoria de tu valor sobre la timidez, de tus ansías de aventura en lugar de la quietud.
Las personas no se vuelven viejas por haber superado cierto número
de años, se vuelven viejas porque abandonan sus ideales.
Los años te arrugan la piel, si renuncias a tus ideales, arrugarás tu alma.
Mantendrás tu juventud, si hoy en día todavía te maravillan y te asombran ciertas cosas.
Serás tan joven como tu fe y tan viejo como tus dudas. Tan joven como tu esperanza y tan viejo como tu escepticismo.
Sí sientes que todos los días te cargas de pesimismo, entonces sí estarás envejeciendo.