
El aparato capricho de la cantante es un recipiente hermético en el que la persona se introduce para someter a su cuerpo a una presión mayor a la atmosférica y respirar así oxígeno puro. La obsesión de Britney por la pureza del aire, que según ella estaría viciado de smog y tabaco, la lleva a pedir suites de hoteles en las que jamás se haya fumado. Sin duda, a la princesa del pop no le faltará dinero y más si el juez obliga a su ex mano derecha Sam Lufti a pagar las costas del proceso judicial que les ha enfrentado. Los letrados de la intérprete han solicitado que Lufti pague los 90.000 euros de gastos derivados de las vistas por las que se le condenó a tres años de alejamiento. Además podría ordenar también al ex novio de Spears, Adnan Ghalib, a pagar 53.000 euros.