La lechuga es uno de los tradicionales alimentos de nuestra civilización: persas, griegos y romanos ya la cultivaban y se beneficiaban de sus propiedades alimenticias. Es un ingrediente de nuestra alimentación por antonomasia y su sabor fresco combina muy con casi todos los ingredientes de nuestras ensaladas.
Su hoja tiene un alto contenido en fibra, la sabiduría popular le confiere propiedades para la anemia y debilidad, diurético, favorecedora del sueño y para dietas de pérdida de peso.
Las diferentes variedades presentan valores nutritivos distintos. Pero en general, son ricas en fibra y con componentes muy saludables.
Los nutriente más importantes son: la vitamina A (del beta caroteno, no se percibe su color amarillo-naranja ya que está escondido por los pigmentos verdes de la clorofila) y el potasio. Las hojas color verde oscuro contienen más beta caroteno.
Las lechugas son también moderadamente, un buen recurso de otro antioxidante: la vitamina C, calcio, hierro y cobre. Su alto contenido en agua y su capacidad diurético es ideal para dietas destinadas a perder peso.
Su hoja tiene un alto contenido en fibra, la sabiduría popular le confiere propiedades para la anemia y debilidad, diurético, favorecedora del sueño y para dietas de pérdida de peso.
Las diferentes variedades presentan valores nutritivos distintos. Pero en general, son ricas en fibra y con componentes muy saludables.
Los nutriente más importantes son: la vitamina A (del beta caroteno, no se percibe su color amarillo-naranja ya que está escondido por los pigmentos verdes de la clorofila) y el potasio. Las hojas color verde oscuro contienen más beta caroteno.
Las lechugas son también moderadamente, un buen recurso de otro antioxidante: la vitamina C, calcio, hierro y cobre. Su alto contenido en agua y su capacidad diurético es ideal para dietas destinadas a perder peso.