
Desde luego, los beneficios son diversos y de muy diferente tipo. Tener la compañía de un perro es saludable, ya que reduce el estrés y la ansiedad y mejora la autoestima (así que, indirectamente, previene dolores de cabeza y abdominales, alteraciones del apetito o problemas cutáneos). Desde el punto de vista de la educación tiene muchas ventajas: los niños son menos agresivos y logran un bienestar psicológico; además, crecen con un sentimiento de utilidad y motivación.
Otras ventajas son impulsar la sociabilidad del niño, pues normalmente se habla con otros dueños de perros al pasearlo, o proporcionar un vínculo con la realidad para mejorar la estabilidad emocional, desarrollando sentimientos positivos como la aceptación y el respeto de otros seres vivos y un amor sin prejuicios ni condiciones.