El quería irse lejos, aunque eso costara mil pisadas y un desierto.
En cada paso de la lenta caminata, recordaba aquello por lo cual se alejaba.
Cada golpe, cada traición, cada herida, cada....
Un paso, dos, tres, cuantos más, las huellas se pierden y en cada una un poco de su vida.. quería poder secar la sangre que aún fluía viva.
Y camino tanto, hasta que con una última huella y aliento entendió que las heridas ahí quedarían, como cada pisada, marcaban algún día.
Que los desiertos no son lindos, que la sed grita por encontrar el agua, que calme las heridas.
Que es necesario cruzarlos pero tampoco alejarse tanto, porque adonde quiera que fuera, solo una decisión cambiaría su vida.
Porque por más lejos que llegara, su interior nunca lo dejaría. Porque a las heridas hay que enfrentarlas, para que no sigan vivas.
Un desierto, mil pisadas, mil dolores, una vida, mil caminos,y una sola salida.
(Tere Fernández)
En cada paso de la lenta caminata, recordaba aquello por lo cual se alejaba.
Cada golpe, cada traición, cada herida, cada....
Un paso, dos, tres, cuantos más, las huellas se pierden y en cada una un poco de su vida.. quería poder secar la sangre que aún fluía viva.
Y camino tanto, hasta que con una última huella y aliento entendió que las heridas ahí quedarían, como cada pisada, marcaban algún día.
Que los desiertos no son lindos, que la sed grita por encontrar el agua, que calme las heridas.
Que es necesario cruzarlos pero tampoco alejarse tanto, porque adonde quiera que fuera, solo una decisión cambiaría su vida.
Porque por más lejos que llegara, su interior nunca lo dejaría. Porque a las heridas hay que enfrentarlas, para que no sigan vivas.
Un desierto, mil pisadas, mil dolores, una vida, mil caminos,y una sola salida.
(Tere Fernández)